Tras casi dos décadas de anarquía en Afganistán, Dost Mohamed se impone en el trono de Kabul en 1826 y comienza a mantener contactos con Rusia. Ante la intranquilidad de Gran Bretaña, el nuevo gobernador General de la India, lord Auckland, envía un emisario a Kabul para atraerle hacia su esfera de influencia. Tras el fracaso de las negociaciones, Gran Bretaña firma un tratado tripartito con el derrocado monarca, el sha Shuja, y Ranjit Singh, gobernador del Punjab, para restablecer al primero en el trono de Kabul. De esta manera, se aseguraría un Estado «amigo» que sirviese de colchón ante una posible agresión por parte de Rusia hacia dominios británicos.
Un ejército anglo-índio de la Compañía de las Indias Orientales entra en Afganistán, dando lugar a la primera guerra anglo-afgana.